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Eomellivora piveteaui, un mustelido de 9 millones de años.

Un equipo internacional de científicos, que cuenta con participación española, ha descrito el cráneo y la mandíbula más completos del mustélido gigante Eomellivora piveteauiencontrados en el Cerro de los Batallones (Madrid).
Reconstrucción del mustélido gigante, Eomellivora piveteaui, a partir del fósil de cráneo.
La imagen será portada del próximo número de la revista Journal of Vertebrate Paleontology.
Adam Hartstone Rose

El buen estado de los fósiles ha permitido hacer un estudio de las relaciones de parentesco que demuestra, por un lado, la existencia de cuatro especies dentro del género Eomellivora y, por otro, que el pariente vivo más cercano de Eomellivora es el actual tejón de la miel, Mellivora capensis.
Eomellivora piveteaui, una especie que se describió por primera vez en 1965 a partir de restos muy fragmentados, era un animal carnívoro y voraz. Su capacidad de romper huesos lo convertía en un depredador muy versátil y activo de la fauna del Mioceno Superior.
“Los fósiles estudiados indican que tenía aproximadamente el tamaño de un pastor alemán, lo que nos hace pensar que, igual que el tejón de la miel es capaz de repeler el ataque de hienas o leones, podría haber plantado cara a los grandes tigres dientes de sable que convivieron con él”, explica el paleontólogo del Instituto de Geociencias y la Universidad Complutense, Alberto Valenciano Vaquero.
En la actualidad, la familia de los mustélidos, que pertenece al orden de los carnívoros, está formada por comadrejas, hurones, martas, tejones o nutrias. Son animales, tanto terrestres como acuáticos, de pequeño tamaño, cuerpo alargado y patas cortas, que se encuentran distribuidos por todo el planeta.
La aplicación de nuevas tecnologías
Situado en Torrejón de Velasco (Madrid), el Cerro de los Batallones, que este año celebra su 25 aniversario, es uno de los yacimientos de mamíferos carnívoros más importantes de todo el registro fósil del planeta para el Mioceno Superior (época que va desde hace 11 a cinco millones y medio de años).
“Este yacimiento es casi un catálogo de la fauna que habitaba esta región hace nueve millones de años. En 25 años hemos encontrado esqueletos completos de tigres dientes de sable, osos emparentados con el panda gigante actual, rinocerontes, jirafas, parientes del actual panda rojo, mustélidos, mastodontes, aves rapaces, tortugas gigantes o lagartos, entre otros”, comenta Jorge Morales, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y responsable del yacimiento.
Con ayuda de un escáner láser superficial portátil, los investigadores han creado modelos virtuales tridimensionales que, además de imprimirse, pueden visualizarse desde un archivo pdf.
“Los modelos en pdf que hemos creado complementan la información de la fotografía clásica y pueden suponer una herramienta con mucho potencial en el futuro de la paleontología de vertebrados”, concluye Valenciano.
Referencia

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PEREZOSOS ACUATICOS

Hace millones de años, perezosos acuáticos recorrían las aguas poco profundas frente a las costas de lo que hoy es  Chile y Perú. Estos nadadores ahora extintos tenían huesos de alta densidad que facilitaron la transición de la tierra al mar, ayudándoles a hundirse para pastar en la vegetación submarina.
Esqueleto y recreación de Thalassocnus
Los investigadores de la Universidad de la Sorbona en París estaban interesados en la confirmación de esta transición de la tierra al mar y el análisis de los tiempos de la transición mediante el estudio de los cambios en la densidad ósea en las especies progresivamente menores conservados en los yacimientos de fósiles peruanos.
Los restos fósiles sugieren que estos perezosos acuáticos se originaron en tierra y tuvieron una transición gradual a la vida submarina. Una serie de yacimientos de fósiles a lo largo de la costa de Perú contienen restos de cinco especies diferentes de perezosos extintos que los investigadores han interpretado como acuáticos, basados en la estructura de sus huesos. Por ejemplo, la densidad de sus huesos es mucho mayor que la densidad de los huesos de los mamíferos terrestres, pero similar a los huesos de mamíferos acuáticos que pastan en la vegetación del fondo marino, como los manatíes.

[Fuente]
http://www.huffingtonpost.com/2014/03/12/sea-sloth-land-ocean-fossils_n_4947982.html?&ncid=tweetlnkushpmg00000047

Orrorin tugenensis, caminar bípedo hace 6 millones de años.

El caminar en dos patas es una estrategia de adaptación muy extraña en la naturaleza, y nuestra forma de hacerlo  es única en la naturaleza, porque estamos totalmente erguidos, a diferencia de las aves, que son otros de los animales que caminan en dos patas. Son muchos los que de vez en cuando caminan en dos patas, con alguna ayuda o no, pero que cuentan con un cuerpo que ha evolucionado especialmente para ello, sólo quedamos nosotros.

Si rastreamos hacia el pasado, se cree que los primeros primates que comenzar a caminar en dos patas vivieron hace unos 7 millones de años. Hasta la fecha el fósil bípedo habitual más antiguo descubierto es Ardipithecus ramidus, de 4,4 millones de años. Pero está el llamado Millenium Man, el Orrorin tugenensis, descubierto en Kenia en 2001, con unos 6 millones de años de antigüedad, y que desde el momento de su descubrimiento ha dado mucho que hablar.
Sus descubridores dijeron desde un principio que se trataba de un bípedo, pero al ser un fósil fragmentario, no estaba claro, y pocos fueron los que lo aceptaron. Pero nuevos estudios publicados en Nature Communications arrojarían nueva luz sobre este homínido.
“El fémur de Orrorin tugenensis exhibe afinidades morfométricas con los simios del mioceno y con homínidos más tardíos”, dice Sergio Almécija, autor principal del estudio, de la Stony Brook University. En el estudio se realizaron análisis geométricos en 3D de la forma y características del fémur fragmentario que se conoce de Orrorin, y concluyen que se trataría de una forma intermedia entre los simios más antiguos y nuestros primeros ancestros, los homínidos como Ardipithecus, los Australopithecus y los primeros integrantes de nuestro género Homo.
Según los autores del estudio, esto podría indicar que los simios actuales y nosotros y nuestros ancestros, siguieron dos caminos evolutivos diferentes a partir de los simios del Mioceno, hace entre 23 y 6 millones de años atrás. La mayoría de esos simios del mioceno caminaban en cuatro patas. En el estudio se compararon más de 400 especímenes fósiles.
“Hemos descubierto que Orrorin es sorpresivamente intermedio tanto en edad como en anatomía entre los simios cuadrúpedos del mioceno y los ancestros humanos bípedos”, dice Almécija. “Nuestro artículo aporta resultados cuantitativos del fémur de Orrorin como un mosaico único y urge sobre la necesidad de incorporar fósiles de simios en los análisis futuros y en las discusiones que lidien con la evolución del andar bipedo humano, una investigación que debería dejar de considerar a los chimpancés como un punto de inicio”.
Durante décadas se pensó que nuestro antepasado remoto sería similar a los chimpancés, ya que este es nuestro pariente actual más cercano. Pero lo cierto es que los chimpancés también son el resultado de millones de años de evolución, y de un camino evolutivo totalmente diferente al nuestro. Pero ya Ardipithecus ha demostrado que el ancestro común nada tenía que ver con los chimpancés actuales, y lo mismo hace ahora Orrorin.
Las conclusiones que aporta este estudio es que los ancestros de nuestra rama evolutiva fueron los simios del mioceno, ya que Orrorin es intermedio entre ellos y nuestros antepasados los Australopithecus. No es intermedio entre lo que son los grandes simios de hoy en día y nosotros, pero no lo es porque pertenecemos a dos caminos evolutivos totalmente diferentes, y que se separaron antes de los tiempos de Orrorin.

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Teruelictis riparius, nutria del Mioceno descubierta en España.

A diferencia de las actuales, esta especie extinta no era capaz de bucear y se alimentaba de crustáceos e insectos desde la orilla.

Paleontólogos de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis y del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) han descubierto en el yacimiento mioceno de La Roma 2, de 9 millones de años de antigüedad, situado en el término municipal de Alfambra (Teruel), los restos de una nutria terrestre nunca antes vista que ha sido bautizada como Teruelictis riparius. Entre los restos recuperados se encuentran el cráneo, la mandíbula, varios huesos de las patas e incluso el báculo (el hueso que poseen en el pene muchos grupos de mamíferos y que ha permitido saber que los restos corresponden a un macho).
Pero lo más extraordinario de todo es que Teruelictis, a pesar de ser una nutria, no poseía ninguna adaptación para desplazarse por el agua y su esqueleto es más parecido al de otros mustélidos como las martas, que al de las nutrias actuales. Por ello los paleontólogos infieren que Teruelictis viviría cerca de la orilla, alimentándose de crustáceos, insectos, etc., pero que carecería de las capacidades buceadoras de sus primas, las nutrias actuales. El trabajo aparece publicado en el número de octubre de la prestigiosa revista inglesa Zoological Journal of the Linnean Society.
El material más representativo de esta nueva nutria se expondrá temporalmente en la vitrina denominada «Museo Aragonés de Paleontología» de Dinópolis, creada a principios de esta temporada para mostrar los resultados más recientes e impactantes de las investigaciones realizadas con los fósiles aragoneses.
En el mismo yacimiento, los investigadores descubrieron una nueva especie de équido, Hipparion laromae, y miles de coprolitos (excrementos fósiles) de hienas que contenían restos de polen, con los que se ha podido inferir la vegetación que existía entonces en la zona.
[Fuente]

http://www.abc.es/ciencia/20131009/abci-nutria-hace-millones-anos-201310091338.html

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