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Para celebrar el Día Internacional de las Montañas, un recordatorio de uno de los mas preciosos tesoros que ellas albergan, los Glaciares

Los primeros 21 días de vida de una abeja en 60 segundos

En un intento por entender mejor exactamente lo que sucede como una abeja crece a partir de un huevo en un insecto adulto, fotógrafo Anand Varma se asoció con el Laboratorio de la Abeja en la UC Davis para filmar las tres primeras semanas de la vida de una abeja en un detalle sin precedentes, todo condensado en un video de 60 segundos.


Varma explica todo en la charla TED que se incluye a continuación. El objetivo principal en la fotografía de las abejas era aprender cómo interactúan con un ácaro parásito invasor que ha convertido rápidamente en la mayor amenaza para las colonias de abejas. Los científicos han aprendido a criar abejas resistentes a estos ácaros a las que están ahora tratando de introducir en el medio silvestre.


Ambicioso plan en estados Unidos, para combatir el descenso de las colonias de abejas

Los científicos señalan que las abejas, que son cruciales para polinizar muchas cosechas, han sufrido por una combinación de descenso en sus opciones de nutrición, ácaros, enfermedades y pesticidas.
El gobierno federal de Estados Unidos espera combatir el descenso en las poblaciones de abejas y mariposas monarca con un plan que incluye hacer los terrenos federales sean más agradables para las abejas, gastar más dinero en investigación y considerar el uso de menos pesticidas.
Los científicos señalan que las abejas, que son cruciales para polinizar muchas cosechas, han sufrido por una combinación de descenso en sus opciones de nutrición, ácaros, enfermedades y pesticidas. El plan federal es una estrategia «a todas las bandas» que pide a todos, desde burócratas federales a ciudadanos, que hagan lo que puedan para salvar a las abejas, que hacen una aportación a la economía estadounidense valorada en más de 15.000 millones de dólares, según el asesor científico de la Casa Blanca, John Holdren.
«Los polinizadores tienen problemas», escribió Holdren en un blog, citando un sondeo federal que descubrió que los apicultores perdieron más del 40% de sus colonias el año pasado, aunque más tarde recuperaron parte dividiendo las colmenas sobrevivientes. Además, la cantidad de mariposas monarca que pasan el invierno en los bosques de México ha descendido un 90% o más en las últimas dos décadas, así que el gobierno estadounidense trabaja con México para expandir el hábitat para las monarcas en el sur de ese país.
El plan contempla restaurar 7 millones de acres de hábitat para abejas en los próximos cinco años. Muchas agencias federales tendrán que encontrar la forma de cultivar plantas en terreno federal que sean más variadas y mejores para alimentar a las abejas, porque los científicos temen que las amplias extensiones de terreno donde se cultiva una única especie hayan perjudicado la nutrición de estos insectos.
El plan no afecta sólo al Departamento de Interior, que controla amplias extensiones de terreno. Agencias en las que normalmente no se pensaría, como la de Desarrollo Urbano y Vivienda y el Departamento de Transportes tendrán que incluir plantas beneficiosas para las abejas en sus terrenos y en las concesiones que gestionen.
Esa parte del plan recibió elogios de científicos expertos en abejas.
Por otro lado, la administración propuso gastar 82,5 millones de dólares en investigación en abejas en el próximo año fiscal, frente a los 34 millones de dólares actuales.
El gobierno también redoblará los estudios sobre la seguridad de los pesticidas con neonicotinoides, muy utilizados en Estados Unidos y prohibidos de forma temporal en Europa. Las autoridades estadounidenses no autorizarán nuevos tipos de usos de los pesticidas, al menos hasta que se hagan más estudios, señaló el documento.
«No están tomando medidas lo bastante drásticas, hay un reconocimiento de que hay una crisis», dijo Lori Ann Burd, directora de salud medioambiental para el grupo activista Centro de Diversidad Biológica. Las abejas no pueden esperar, aseguró, comparando la idea de hacer más estudios sobre neonicotinoides con ir a un segundo y un tercer mecánico cuando el primero dijo que los frenos están rotos.

El informe señala que hay una delgada línea entre la necesidad de emplear pesticidas para ayudar a la agricultura y el daño que pueden hacer a las abejas y otros polinizadores.

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EE.UU. propone un plan paracombatir el descenso de abejas

El papel de las abejas silvestres en el éxito de los cultivos

La polinización de los cultivos la realiza solo un pequeño grupo de insectos comunes. De hecho, la contribución de las especies raras y amenazadas es «casi nula». Así lo asegura un estudio internacional publicado en la revista Nature Communications y en el que han participado investigadores del Consejo Superiorde Investigaciones Científicas (España). Los expertos han examinado el papel de las abejas silvestres en esta importante tarea medioambiental, la cual, además, tiene también un valioso impacto económico, sobre unos 20 cultivos, incluidos colza, girasol, fresas, habas, manzanas y peras.


 “Varias veces se ha demostrado que la biodiversidad es beneficiosa tanto para la naturaleza como para las personas. El hecho de que la naturaleza nos proporcione estos servicios ecosistémicos es la razón principal para plantear políticas de conservación. A pesar de ello, hasta ahora se desconocía la implicación real de esta biodiversidad en la polinización de los cultivos”, explica el investigador del CSIC en la Estación Biológica de Doñana Ignasi Bartomeus.
Según los autores del trabajo, un equipo de 57 investigadoras liderado por David Kleijn del Center for Ecosystem Studies en Wageningen (Holanda), “la actual política de conservar especies en función de los servicios que estas proporcionan podría ser contraproducente para las especies raras, que son la mayoría”.
Algunas medidas, como la siembra de flores silvestres en los márgenes de los campos, ha facilitado la protección de las especies de insectos más comunes. «Estas soluciones no funcionan para las especies raras y, aunque económicamente tengan una implicación menos importante, eso no significa que no haya que protegerlas», resalta Bartomeus.
“Los esfuerzos de conservación deberían evitar llegar al extremo de centrarse exclusivamente en mantener los servicios de la naturaleza, en lugar de proteger a las especies por sí mismas. La protección de las especies amenazadas es una prioridad absoluta, lo que subraya la importancia crucial de programas como la Red Natura 2000 y las Directivas de Aves y Hábitats”, concluye el panel.
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De insectos polinizadores y la fragancia de las flores

La fragancia de las flores depende del tipo de polinización. Así lo confirma un equipo de investigadores del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), dirigido por Josep Peñuelas, en España, que ha comprobado que las flores polinizadas por insectos liberan más variedad y más cantidad de compuestos químicos responsables de su perfume que las polinizadas con el viento. El trabajo se publica en la revista Biochemical Systematics and Ecology.

Las plantas con flor tienen diferentes estrategias para reproducirse y no todas huelen igual. Por un lado, las plantas anemófilas se polinizan con el viento «como los olivos, que tienen flores con polen que se desprende y es transportado fácilmente con el viento», dice el investigador del CREAF y primer autor del estudio Gerard Farré-Armengol.
Por otra parte, las plantas entomófilas se reproducen gracias a los insectos, que transportan el polen de una flor a otra a la vez que se alimentan del néctar de las flores, «la flor de San Juan, por ejemplo, tiene una de las fragancias más características y es especialmente atractiva para los insectos», dice Farré-Armengol.
El estudio ha analizado las moléculas responsables del perfume de las flores. Son los llamados compuestos orgánicos volátiles (VOC, por sus siglas en inglés) y principalmente son terpenos y sus derivados. El contenido de estos compuestos químicos es mucho más elevado en las plantas entomófilas, lo que demuestra que las plantas que se polinizan por insectos tienen una fragancia más potente y detectable.
Los investigadores atribuyen estas diferencias a que las flores entomófilas necesitan atraer a los insectos con señales, que pueden ser visuales con los colores vistosos de los pétalos, o bien químicas, producidas por los compuestos volátiles percibidos con el olfato.
«Las flores y los insectos han evolucionado conjuntamente y han desarrollado unos mecanismos de atracción y detección respectivamente muy perfeccionados de que ambos se benefician», explica Farré-Armengol. También se ha constatado que las flores liberan un tipo de compuestos volátiles u otro dependiendo del grupo de insectos que las polinizan. «Por ejemplo, las flores polinizadas por mariposas no tienen la misma fragancia que las que normalmente se polinizan por abejas», comenta Farré-Armengol.
Algunas plantas como el tomillo o la salvia son entomófilas y dejan la puerta abierta a los insectos polinizadores, pero a la vez pueden fecundarse a sí mismas para que sus gametos masculinos y femeninos sean compatibles.
«Se trata de una estrategia de reproducción útil cuando hay pocos insectos polinizadores al alcance», dice Farré-Armengol. Hasta ahora se consideraba que estas especies autocompatibles no necesitaban emitir señales químicas muy potentes porque si podían autoreproducirse la polinización cruzada mediante la intervención de los insectos quedaba en un segundo plano. Sorprendentemente, el estudio revela que estas plantas entomófilas y autocompatibles son las que tienen las fragancias más potentes y más diversas.
El estudio revela que estas plantas entomófilas y autocompatibles son las que tienen las fragancias más potentes y más diversas.
«El hecho de encontrar fragancias fuertes en plantas que podrían reproducirse ellas mismas remarca aún más el papel de los insectos polinizadores en los ecosistemas. Las plantas prefieren que las polinicen estos animales para que así intercambien el polen con flores de otras plantas. De esta manera mantienen la variabilidad genética de los individuos y aseguran la supervivencia de la especie», concluye el investigador Farré-Armengol. (Fuente: Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales).
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La historia de Peanut la tortuga

Aún no se llamaba “Peanut”. Por aquel entonces era una cría de Jicotea elegante de Misuri, Estados Unidos; un tipo de tortuga también conocido como galápago de Florida, y como buen animal semiacuático paseaba por la zona remansada de un río. Sin embargo, algo estaba a punto de pasar. Un incidente que no tendría vuelta atrás y que la convertiría en un espécimen particular.

En su merodear habitual, se enredó en uno de esos plásticos que sirven para mantener seis latas juntas. Quedó encajada en uno de los aros, sin poder librarse.
Y los años pasaron.
Y la tortuga creció.
Pero no de la forma habitual. Como si tuviera un corsé, su cuerpo tuvo que adaptarse al plástico.
Vulnerable ante depredadores
Así, para los nueve años tenía forma de reloj de arena o de maní con cáscara (en Ingles, “Peanut”). Las tortugas no son particularmente veloces, pero aquellas condiciones la hacían aún más vulnerable a los depredadores.
Por suerte, alguien la encontró y la llevó al Zoo de San Luis, una ciudad portuaria construida a lo largo de la orilla oeste del río Misisipi. Era 1993.
Al verla, los veterinarios le dieron su particular apodo y le quitaron la faja de plástico, pero el daño ya estaba hecho. “Peanut” nunca volvería a tener la forma de una tortuga común.
Ante esto, la donaron al Departamento de Conservación de Misuri (EE.UU.) para que se hiciera cargo de ella.
«Si esto hubiera ocurrido a una nutria, el animal probablemente habría muerto a causa de una infección», señala el departamento.
«Pero como “Peanut” tiene un caparazón que protege su cuerpo, pudo sobrevivir, aunque algunos de sus órganos no funcionan correctamente»; los pulmones, por ejemplo.
Hoy, a sus 30, la tortuga sigue viviendo en un acuario, lejos de las amenazas que encontraría en su hábitat natural.
Además, la nombraron imagen de la iniciativa No More Trash (No más basura), lanzada en conjunto por los departamentos de Conservación y de Transporte de Misuri para concienciar, educar y lograr un estado libre de desechos y que cuenta con miles de voluntarios, la cual además de campañas para limpiar ríos, han llevado a cabo concursos y sesiones informativas, siempre con el objetivo de concienciar a la población para que produzca menos desechos, recicle o los tire donde corresponde.
Plásticos, sedal y filtros de cigarro
Desde el Departamento de Conservación (Misuri, EE.UU.) explican que, como el plástico de las latas, hay otros desechos que pueden ser perjudiciales para la fauna local.
«Si un artículo tiene huecos o aros no es difícil que un animal se meta en problemas», explica en su página web.
«Además, cuando queda atrapado entra en pánico, haciendo que las cosas empeoren», señala. «Los animales no tienen la misma destreza que los humanos, así que les cuesta desenredarse».
Los sedales también son peligrosos para varias especies acuáticas, ya que no se ven. «Los que se enredan en ellos no sobreviven: o mueren de hambre o son devorados por depredadores».
Asimismo, pedazos pequeños de plástico y filtros son una amenaza para la vida silvestre.
«Los animales normalmente no pueden distinguir entre basura y comida, así que se comen los desechos y se asfixian, o terminan con el estómago lleno de plástico y mueren de hambre».
Para que esto no ocurra, se recomienda no tirar basura donde no corresponde, mantener las calles y los ríos limpios, y, en el caso de los plásticos de las latas, cortar los aros de forma que ningún animal pueda quedar atrapado en ellos.

Para que ninguna tortuga sea como “Peanut”.

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Propuesta nueva clasificación para las avispas de las agallas

Las avispas de las agallas representan una de las interacciones planta-insecto más interesante de las que se producen en la naturaleza, ya que estos insectos son capaces de manipular la genética y la fisiología de la planta en su propio beneficio. Un equipo de científicos ha descubierto nuevos datos de la historia evolutiva de esta especie.
Agalla de Andricus kollari mostrando en su interior larvas inquilinas de una especie de Synergus, perteneciente al principal  linajes de inquilinos en agallas de cinípidos de los robles.
José Luis Nieves-Aldrey
Un equipo internacional, con participación del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), ha presentado el primer estudio integral de las relaciones filogenéticas o de parentesco de las avispas de las agallas, es decir, de los insectos himenópteros de la familia Cynipidae. Esta clasificación revisada divide la familia en 12 tribus de las cuales cuatro se proponen como nuevas: Aulacideini, Phanacidini, Diastrophiniy Ceroptresini.
Los datos se han obtenido mediante el estudio morfológico y molecular de más de 100 especies de cinípidos de todo el mundo que representan todos los linajes conocidos y la mayoría de los géneros de la familia.
Una avispa de las agallas de los robles en el momento de
depositar sus huevos en una yema de roble. /MNCN
Las avispas de las agallas representan una de las interacciones planta-insecto más interesantes de las que se producen en la naturaleza, ya que estos insectos son capaces de manipular la genética y la fisiología de la planta en su propio beneficio.
Dentro de las agallas viven asociadas microcomunidades de insectos integradas por especies inquilinas parasitoides y sucesores formando redes tróficas complejas. Estas avispas y sus comunidades asociadas pertenecen al orden de los himenópteros, uno de los cuatro grandes grupos hiperdiversos de insectos, que agrupa más de 200.000 especies entre las que se encuentran hormigas, abejorros o abejas entre otros.
Agallas de cinípidos en quejigo (Quercus faginea). Obsérvense las bellotas al lado de las agallas que muchas veces son confundidas con frutos. / MNCN
“Gracias a esta investigación hemos podido confirmar que los cinípidos, o avispas de las agallas, son muy conservadores en la elección de sus plantas hospedadoras y que la expansión de sus linajes asociada a plantas herbáceas   se ha producido de manera repetida sobre diferentes grupos de plantas no relacionadas entre sí”, explica José Luis Nieves-Aldrey, investigador del MNCN.
Algunas especies de avispas de las agallas tienen mucha relevancia agroforestal ya que pueden atacar distintos árboles de la familia de las fagáceas, como las  encinas, los alcornoques y los robles. De hecho, la avispita del castaño, Dryocosmus kuriphilus, una especie invasora de reciente introducción en España, se ha convertido en una importante plaga para la producción del fruto de este árbol.
“Conocer mejor las interacciones de estos insectos con las plantas puede ayudar a mejorar el tratamiento de este tipo de plagas”, comenta Nieves-Aldrey.
Una sorprendente teoría evolutiva
Los resultados del estudio refutan algunas de las hipótesis evolutivas previas, basadas solo en datos morfológicos, que se manejaban respecto a la evolución de este grupo de insectos.
Hasta ahora se asumía que el origen de las avispas de las agallas estaba en el hemisferio norte y que, partiendo de la inducción de agallas en plantas herbáceas, se extendieron rápidamente a plantas leñosas y árboles, fundamentalmente fagáceas del género Quercus.
Agalla de Diastrophus rubi en los tallos de la zarzamora (Rubus spp.). / MNCN
“Nuestros resultados sugieren un escenario diferente, más complejo, en el que las primeras avispas de las agallas estuvieron asociadas con plantas leñosas del hemisferio sur a la vez que se encuentran evidencias de un posible origen múltiple de los cinípidos inductores de agallas”, aclara el investigador.
En cuanto a los grupos de cinípidos inquilinos que viven en las agallas, las teorías previas apuntaban a que se trataba de un grupo monofilético (especies cuyos miembros descienden de una misma especie troncal compartida exclusivamente por ellos) que habrían surgido a partir de los verdaderos inductores de agallas tras perder la facultad de inducirlas por sí mismos. Los resultados del estudio apuntan, por el contrario,  a un origen múltiple, polifilético, de los inquilinos.
“Una interesante hipótesis que se deriva del estudio es que la facultad de inducción de las agallas pudo surgir en los cinípidos a partir de distintos linajes de inquilinos en agallas de otros himenópteros, de lo que encontramos ejemplos actuales en los bosques de Nothofagus del sur de Chile, apunta José Luis Nieves-Aldrey.
“Las relaciones de las diferentes tribus de cinípidos no han quedado completamente resueltas en el análisis, por lo que la cuestión del origen y evolución ancestral de este grupo de insectos inductores de agallas tiene aún muchos puntos oscuros que se irán dilucidando a medida que hagamos análisis más profundos, algunos de los cuales están ya en marcha”, concluye Nieves Aldrey.
Referencia

Biodiversidad Antártica

La diversidad de plantas y animales en la Antártida es más rica de lo que se pensaba, según un estudio divulgado hoy en Australia que registró más de 8.000 especies en la región marina del continente blanco.
«Esto es considerablemente más de lo que nadie se imaginó», dijo el líder de este trabajo científico liderado por la Universidad de Melbourne, Steven Chown,  al referirse a estos hábitats.

«Pero la verdadera e impresionante diversidad radica en el mundo de los microbios. Por ejemplo, los sistemas de agua dulce de la Antártida poseen en realidad la mayor diversidad (de virus que existen en libertad) que en cualquier otro lugar estudiado», agregó el científico.
La investigación, publicada en la revista Nature, señaló que si bien existe una gran diversidad en todo el continente y en el océano Antártico, se necesitan adoptar más acciones para proteger y conservar a estas especies.
El estudio precisó que las áreas de protección especial en los parques nacionales terrestres y las áreas marinas existentes, especialmente en el Mar de Ross, son demasiado reducidas en comparación a los objetivos del Plan Estratégico de la Convención sobre Diversidad Biológica 2011-20.
«Es sorprendente que la proporción de áreas protegidas sean bastante reducidas en la Antártida», acotó Chown, quien trabajó en esta investigación con expertos de la Investigación Antártica Británica, la neozelandesa Universidad de Waikato y la Universidad Nacional Australiana.
Las áreas terrestres que no están cubiertas de hielo y que están protegidas suponen el 1,5 por ciento, en comparación al objetivo global fijado en la Convención sobre Diversidad Biológica que señala que para 2020 debemos conservar el 17 por ciento de las áreas terrestres.
«Esto da una idea de cuán alejada está la Antártida de ese objetivo. Uno espera que la Antártida sea mejor en ese sentido», acotó Chown.
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Bosques de verdad para Chile

Por José Yáñez
A menudo decimos de Chile que es una isla, tan lejos y rodeada de barreras infranqueables como el océano, la cordillera, el desierto y el hielo. Esa condición aislada ha significado la formación de uno de los bosques templados más notables del planeta. Estos presentan un altísimo nivel de endemismo (es decir, especies que sólo existen en ese lugar del planeta), especies que se encuentran entre las más longevas del mundo (como el Alerce y la Araucaria), y una inusual diversidad de especies de arbustos, enredaderas, musgos, líquenes, helechos y hongos. Esta naturaleza generosa ancestralmente satisfacía parte importante de las necesidades de las comunidades indígenas y campesinas en cuanto a materiales para viviendas, utensilios, embarcaciones y alimentación.


Chile hasta hace 40 años tenía todavía el privilegio de contar con las reservas de bosques templados más relevantes del hemisferio sur. Pero esto pareció no importar cuando, a partir del año 1974 con el dictamen del Decreto ley 701 se legalizó, sin debate público, un modelo de desarrollo forestal que terminó basándose  en plantaciones de monocultivos exóticos de especies tales como Pino insigne (Pinus radiata) o Eucalipto (Eucaliptus sp). Y así fue como estas plantaciones empezaron a invadir los suelos forestales, y en muchos casos agrícolas, de las regiones del Maule, Biobío, Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, suelos que en una importante proporción estaban cubiertos de bosques nativos.
Y sigue ocurriendo: retrocede el bosque y avanzan las plantaciones. Retrocede el bosque y Chile se empina como uno de los grandes productores de celulosa del mundo. A esto le llamamos desarrollo forestal.
Los monocultivos de árboles a gran escala son perjudiciales
  1. Porque se componen de árboles de una sola especie, mejorada genéticamente y de rápido crecimiento, plantados en bloques homogéneos de la misma edad, donde se impide el desarrollo de la vegetación y la fauna no encuentran alimento alguno ni refugio apropiado. 
  2. Porque generan pocos empleos, en general de muy baja calidad, casi todos de carácter temporal y con bajos salarios. Con las plantaciones la población rural emigra en particular hacia los cinturones de miseria de las ciudades, debido a la transferencia de sus tierras a las empresas forestales, y al impacto generado por la disminución de agua por efecto de las plantaciones, y por los problemas de salud asociado a uso de pesticidas en las plantaciones, entre otros factores que obligan a campesinos e indígenas a abandonar su estilo de vida. Prueba de lo anterior es que las regiones donde se concentra la gran masa de plantaciones exóticas en Chile, es decir donde se generan los grandes capitales, los índices de desarrollo humano son los peores del país. Desde el año 1997 al 2007 el empleo generado por el sector forestal se ha mantenido a niveles anuales similares. En el año 1997 este sector empleó a 133.167 trabajadores y en el año 2007 a 134.006. De ellos, solo el 25 a 30% tiene contrato permanente y el 82% está bajo la línea de la pobreza, sin embargo el aumento del área plantada y de la infraestructura industrial ha sido enorme. En Chile existen actualmente 13 plantas de celulosa que operan un total de 17 líneas de producción. El año 2005 se produjeron en Chile 3,3 millones de toneladas de celulosa. Chile se encuentra entre los cinco primeros países exportadores de celulosa del mundo.
  3. Porque una plantación comercial sólo produce un gran volumen de madera principalmente para pulpa en comparación con la multiplicidad dw productos que esos mismos suelos habrían podido generar de fomentarse actividades productivas en esas áreas bajo un enfoque multiproductivo (ganadería, productos forestales no maderables, turismo, agricultura, etc.) 
  4. Porque las plantaciones forestales exóticas no mejoran el medio ambiente. Al contrario, se empobrecen los suelos por inadecuados manejos (talas rasas), la disponibilidad de agua disminuye, se reduce la biodiversidad, se contaminan los suelos y aguas, se altera el paisaje, y se afecta la salud de las comunidades aledañas. 
  5. Por último, se dice que las plantaciones son necesarias para que todos podamos usar papel. Gran parte de la madera y celulosa producida en América Latina no está destinada a producir papel para abastecer a la población de la región, sino a la producción y consumo de papel y cartón en Europa, Norteamérica y Asia, donde el consumo de papel es excesivo y satisface en gran medida necesidades suntuarias de consumidores que habitan, gran parte de ellos, muy lejos de los lugares donde la madera se produce.

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