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May 2015

Charla del paleontólogo Fernando Novas en el Museo Nacional de Historia Natural (Chile – 2015)

Buscaran responder incógnita sobre varamiento de ballenas Sei en el Golfo de Penas

Comenzando mayo nos sorprendió la noticia entregadapor el Servicio Nacional de Pesca, sobre el varamiento masivo de ballenas Sei(Blaenoptera borealis), en la parte norte del golfo de Penas. El hecho fue reportado por un grupo de científicos que se encontraban realizando un estudio en el lugar.
Hasta ahora no se ha podido dilucidar la causa de la muerte de estos ejemplares, por esta razón una expedición de científicos, profesionales y funcionarios de distintas instituciones vinculadas a la conservación  y el océano (Universidad de Chile, Universidad Austral, Instituto Antártico Chileno, WWF, Oceana, Centro de Conservación Cetácea, entre otros), zarpó el pasado lunes desde Puerto Montt en el buque PSG Ortiz de la Armada de Chile para encontrar respuestas ante este varamiento masivo.
En tanto el director regional de Sernapesca Aysén, Cristian Hudson, indicó que las autoridades están muy interesadas en los resultados sobre este misterio sin resolver. «Desde acá coordinamos la participación de otros servicios públicos que tienen competencia en este tipo de eventos como la brigada de delitos ambientales de la PDI y la propia Autoridad Marítima. Ahora queda esperar que los análisis arrojen los datos necesarios para determinar a ciencia cierta qué provocó el varamiento de estas ballenas».
Desde el año 2008 Chile extendió de forma indefinida la moratoria para la caza de estos cetáceos, además de nombrarlos como monumento natural.
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El "juego de cartas" de la Evolución

Las especies sufren un proceso mediante el cual mutaciones de largo alcance barajan el genoma que hace que estas evolucionen y no es una acumulación de pequeñas mutaciones en las que cada una tiene un efecto pequeño la que produce la evolución.
Es un misterio por qué la evolución por selección natural no fue descubierta hasta el siglo XIX por Darwin, pues podría haber sido propuesta mucho antes. Sólo era necesario observar el entorno sin necesitar tecnología sofisticada y hacer la propuesta de que las especies cambian cuando una presión de selección escoge los individuos de mayor éxito reproductor en una población en la que herencia varía.


La evolución de la especies fue propuesta antes que Darwin por Lamark, pero en esta teoría no se usaba la selección natural, sino que los individuos cambiaban su herencia en función de lo que hacían.
El caso es que desde el siglo XIX la teoría de la evolución por selección natural ha permanecido prácticamente sin cambiar en sus mecanismos básicos. El problema siempre está en los detalles: ¿la evolución se da muy poco a poco o presenta saltos bruscos?, ¿por qué las especies permanecen estables en el tiempo pese a ir acumulando mutaciones?…
Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Yale liderado por Jeffrey Townsend ha usado un nuevo modelo genético para dilucidar si las especies sufren un proceso de acumulación de pequeñas mutaciones en las que cada una tiene un efecto pequeño o si hay mutaciones de largo alcance que barajen el genoma.
El modelo lo han aplicado a distintas especies como levaduras, gusanos o moscas. Para el estudio se han centrado en la expresión de genes, que es considera como pieza clave en el cambio evolutivo. Según sus resultados el segundo caso de los expuestos antes explica mejor los procesos evolutivos que sufren las especies.
Cuando Darwin propuso su idea sobre la evolución no se sabía nada sobre los genes o el ADN, simplemente propuso la existencia de ciertos cambios que se producían en la herencia. Posteriormente se conjeturó que habría mutaciones en los genes que se conservaban en las poblaciones si de algún modo ayudaban al éxito reproductor. Pero, como el efecto de una mutación al azar puede tener consecuencias fatales para el organismo, había que proponer un mecanismo que permitiera la evolución sin eliminar la mayoría de los individuos.
La primera solución fue proponer que las mutaciones no tenían ningún efecto sobre la adaptación. Propuesta que ha sido rechazada por los experimentos en muchas ocasiones.
La segunda solución consistió en proponer que la mayoría de las mutaciones tenían un efecto pequeño y sólo la acumulación de varias mutaciones a lo largo de las generaciones podía crear nuevos rasgos en los individuos de la especie.
La tercera hipótesis propuso lo contrario. Las mutaciones no producían efectos pequeños, sino que disparaban una reacción en cadena de cambios. Es lo que se llamó house of cards en inglés por su analogía con barajar un mazo de naipes.
Pero distinguir entre estas dos últimas propuestas no ha sido fácil. Aunque el modelo favorito de “house of cards” fue propuesto hace décadas, sólo ahora se cuenta con la tecnología para recopilar los datos necesarios que la pongan a prueba.
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“House of cards” evolutivo

Defaunación del Antropoceno, en el umbral de la Sexta Extinción

Vivimos en medio de una ola global de pérdida de biodiversidad antropogénicamente impulsada: eliminación de poblaciones y especies, disminución critica en la abundancia de especies locales. En particular, los impactos humanos sobre la biodiversidad animal son una forma poco reconocida del cambio global ambiental. Entre los vertebrados terrestres, 322 especies se han extinguido desde 1500, y las poblaciones de las especies restantes muestran 25% de disminución del promedio en abundancia. Los patrones de declive en los invertebrados son igualmente graves: el 67% de las poblaciones controladas muestran una disminución del 45%. Estos descensos en las poblaciones animales, crearan un efecto de cascada en los ecosistemas y el bienestar humano. Mucho se desconoce acerca de este «Defaunación Antropoceno»; estas lagunas de conocimiento obstaculizan nuestra capacidad para predecir y limitar los impactos de la defaunación. Es evidente, sin embargo, que la defaunación es tanto un componente dominante de la sexta extinción en masa del planeta y también un importante motor de cambio ecológico global.” (Dirzo et al, 2014)


Este es el resumen con que se inicia el trabajo publicado por un grupo de científicos en la revista Science, en el que se señala que, los humanos podríamos estar viviendo “los primeros días de la sexta extinción masiva del planeta”, señala el estudio.
La última extinción masiva de la que se tiene registro en la Tierra fue la que hizo desaparecer del planeta a los dinosaurios, hace 65 millones de años.
A diferencia de ese evento, en esta oportunidad los científicos destacan el hecho de que somos los propios seres humanos los que estamos impulsando el fenómeno, lo que de alguna manera da luces de esperanza en cuanto a que el proceso de alguna manera podría ser revertido.
En el año 2004 otro estudio científico, el realizado por el Earth Policy Institute, ya había alertado de esta situación, la que definía como la más severa de los últimos 50 años y la que podría acabar con un 15% de las especies animales y un 37% de las plantas del planeta para el año 2050.
Enlace
Rodolfo Dirzo, Hillary S. Young, Mauro Galetti,  Gerardo Ceballos, Nick J. B. Isaac, Ben Collen  
Science 25 July 2014: Vol. 345 no. 6195 pp. 401-406
DOI: 10.1126/science.1251817

Chile definirá áreas prioritarias para la conservación del cóndor andino (Vultur gryphus)

Las amenazas que enfrenta esta especie en el país van desde las intoxicaciones hasta la pérdida de su hábitat.


En Perú, una de las principales amenazas para el cóndor es su captura para el festival del Yawar Fiesta (fiesta de sangre) que se celebra en varias localidades y durante todo el año en ese país. En la celebración, el cóndor es amarrado a un toro, quien intenta librarse a toda costa de sus ataques. Si el ave muere, el ritual se transforma en una tragedia, porque simboliza la llegada de calamidades a toda la comunidad.
Este problema no existe en Chile, sin embargo, hemos discutido que una de las principales amenazas que enfrenta la especie es el envenenamiento de carroñas, cacería y pérdida del hábitat. A pesar de esto existe un vacío de información al respecto, que debemos estudiar para cuantificar cuál es la amenaza real para la población en Chile”, explica el biólogo Víctor Escobar, quien participó en el Taller Regional para la Conservación de esta especie que se realizó este mes en Lima, Perú.
En la cumbre, que recibió a expertos de todos los países donde habita esta ave, se compartió información científica para diseñar un mapa con las áreas prioritarias de conservación, el que se dará a conocer este año.
¿Cuántos existen?
Escobar, quien asistió al encuentro en representación de la Corporación de Amigos del Cóndor, señala que actualizar este tipo de información, como la distribución y cantidad de ejemplares, podría permitir que la especie pase de la categoría mundial “cercana a la amenaza” a “amenazada”, al interior de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
A nivel nacional, explica que la especie está en una condición vulnerable en la Zona Norte y Central y fuera de peligro en el sur, aunque allí hay amenazas latentes, como la muerte por plomo.
Escobar agrega que en Chile no se ha realizado ningún estudio que determine una cifra exacta de cóndores. Sólo se han elaborado censos parciales que dan cuenta de unos 300 ejemplares en la Zona Central.
La cumbre fue promovida por organismos de gobierno del Perú y la ONG Wildlife Conservation Society (WCS), organización que ha establecido áreas prioritarias para otras especies de vida silvestre amenazadas en el mundo, como el elefante asiático, el chimpancé y el jaguar.
Rob Wallace, quien pertenece a la filial boliviana del organismo y quien  participó activamente en el encuentro, explica que el objetivo del  trabajo, entre otros, fue “identificar los lugares que cada país considera más importante para la conservación de la especie en el futuro”, dice.
Hoy se encuentran sistematizando la información para enviar el primer borrador de las conclusiones a los participantes.


Amenazas locales
Entre los peligros a nivel nacional figuran, por ejemplo,  la intoxicación por plomo que genera una muerte silenciosa, y en el largo plazo, del animal. Este problema se ha reportado especialmente en la Patagonia, donde existe una población estimada de 100 cóndores.
Este tipo de intoxicación tiene su origen cuando el ave se come los perdigones de plomo de animales muertos por cacería, que luego contaminan su torrente sanguíneo.
En la Zona Central del país, el peligro lo representan las carroñas envenenadas para eliminar perros salvajes y el  relleno sanitario que existe en  la  localidad de Montenegro al norte de Santiago.
Víctor Escobar cuenta que esta situación es compleja, porque el vertedero se construyó “justo en una ruta de tránsito histórica de la especie, que es el cordón de Chacabuco. Ellos siempre han volado por ahí”, afirma.
Cecilia Agüero, directora de Desarrollo Corporativo de KDM, empresa dueña del relleno sanitario Lomas del Colorado, al que hace referencia Escobar, señala que a raíz de un incidente con cóndores que ingirieron desperdicios en el relleno, en 2005, se encargó un estudio que, entre otras conclusiones,  advirtió que el relleno implicaba un riesgo por la eventual ingesta de bolsas.
Tras el incidente, la empresa adoptó  medidas  para ahuyentar las aves, habilitó comederos alejados del relleno y puso en operaciones el Programa de Conservación del Cóndor Andino.
“Desde esa fecha, ha disminuido la presencia de cóndores que lleguen al frente de trabajo y no se han registrado intoxicaciones en las aves”, afirma Agüero.
En algún momento, recuerda, se utilizó la técnica de tronadura para alejarlos de la zona, pero se vio que no era efectivo. Por eso hoy cuentan con una persona que cumple con la labor de espantarlos y se está evaluando la incorporación de un perro amaestrado.
Los comederos no sólo buscan evitar que coman de la basura, sino que también tienen el fin de proveerles de alimentación entre julio y diciembre de cada año, período en que la comida escasea para estas aves.

“Durante el período de funcionamiento del comedero, pueden llegar hasta 150 cóndores diarios que se alimentan y luego vuelven a la cordillera”, concluye.

El vuelo

Biodiversidad Urbana

Silenciosos, escurridizos, y hasta invisibles, una rica variedad de animales comparten la ciudad, haciendo de edificios, plazas y parques su nuevo hábitat.
Para algunos, Santiago siempre fue su hábitat natural y lograron sobrevivir al crecimiento de la ciudad, los autos y el cemento. Otros llegaron a ella en busca de abrigo y comida, y se quedaron. Es la desconocida fauna que convive entre los seis millones de habitantes de la capital pero que en muchos casos sólo es advertida por ojos y oídos humanos entrenados.
Herman Núñez, curador jefe del Área Vertebrados del Museo Nacional de Historia Natural, explica que en Santiago existe un solo ecosistema: el mediterráneo con cierta degradación del mismo hacia la cordillera. El cemento de la ciudad produce calentamiento del ambiente en algunas zonas pero no por eso deja de ser mediterráneo. “Lo que sí produce es una fragmentación de los componentes del ecosistema mediterráneo compuesto por plantas y animales, que se ven aislados unos de otros, disminuyendo flujos génicos, con el consiguiente empobrecimiento de la biodiversidad genética, lo que propicia extinciones locales, no sólo de animales, sino también de plantas y suelos”, dice Núñez.
Anfibios y reptiles
Según Núñez, en el cerro San Cristóbal y Santa Lucía, sobre todo en primavera, se pueden ver lagartijas que salen a tomar sol entre las enredaderas del parque, pero son muy huidizas y cuesta verlas.
Otro visitante de temporada es el sapito de cuatro ojos (Pleurodema thaul). “En invierno, cuando llueve, las aguas que bajan de la cordillera los arrastran. Son los únicos sapos que a veces llegan a la ciudad y se pueden ver, por ejemplo, en el Zanjón de la Aguada, pero sobreviven sólo uno par de días”, explica Núñez. En otras aguas, como la laguna del Parque O’Higgins o la de la Quinta Normal se pueden ver ranas africanas que se han adaptado a estos lugares.

Sapito de cuatro ojos (Pleurodema thaul)
Sebastián Celis, veterinario de Buin Zoo, señala que en las cercanías de Colina, a veces, es posible observar a la iguana chilena, el réptil más grande del país.
Mamíferos
En Santiago existen varias colonias de murciélagos que se alimentan principalmente de polillas. También existen ratones y guarenes. Celis dice que  él mismo los ha visto en la noche caminando sobre los cables del tendido eléctrico en Las Condes.
Un poco más alejado de la ciudad, pero también conviviendo entre personas, existe un pequeño grupo de zorros culpeo (Lycalopex_culpaeus) que bajan hasta el camino a Farellones y comen lo que las personas les dejan en el camino. “Se acostumbraron ”, dice Celis.

Zorro culpeo (Lycalopex_culpaeus)

Aves
La Unión de Ornitólogos de Chile realiza constantemente seguimientos a las aves que están en la ciudad. Juan Aguirre, su director, explica que la ciudad es un buen lugar para las aves que antes acostumbraban a vivir en el campo, como las tórtolas, tencas, mirlos y raras. “Hay harto alimento, sobre todo en las comunas que tienen plazas y parques con árboles altos y frondosos. Además, los edificios altos, ayudan a que el invierno sea menos crudo para ellas”, cuenta.
La rara (Phytotoma_rara) (parecida a la loica), por ejemplo, llegó hace unos siete años a la ciudad y ha hecho de las plazas de Ñuñoa y Providencia un lugar para vivir. El mirlo, también ha aumentado su presencia y es habitual ver bandadas de 30 ó 40 individuos en los sectores aledaños a la Escuela de Carabineros, en el sector de Antonio Varas.

Las aves rapaces también hacen de la ciudad su casa, pero no  en grandes cantidades, ya que por ser especies predadoras y muy territoriales, no acostumbran a compartir su espacio con sus pares. En el edificio de la Telefónica, en pleno corazón de Santiago, por ejemplo, se sabe que una pareja de halcones peregrinos (Falco peregrinus) hizo allí su nido. También se les ha visto en edificios altos de la calle Carlos Antúnez y cerca del Pueblito de Los Dominicos.

Halcon peregrino (Falco peregrinus)
Por la noche, en el centro de Santiago, se pueden ver lechuzas. “Son más comunes de lo que la gente cree. Cazan sobre todo ratones”, señala Aguirre.
La tórtola es otra de las aves a las que le gustó Santiago. Llegó del campo hace 12 ó 15 años y se acostumbró a los humanos. Ni siquiera huye de ellos, como sí lo hacen sus primas del campo.
Juan Carlos Torres, vicepresidente de la Unión de Ornitólogos, dice que también se pueden ver cernícalos, una ave rapaz un poco más pequeña que el halcón, que caza presas vivas al amanecer y atardecer y vive en parejas. Otra rapaz habitual de la ciudad son los tiuques (Milvago chimango), pero esta es carroñera y se puede ver en las calles comiendo incluso sobre el suelo y en grupos, porque son más sociales.


Mantis religiosa
Entre los insectos, Celis cuenta que no es raro que en el verano aparezcan saltamontes, sobre todo en las casas que tienen pasto y malezas sin cortar. Con ellos aparece también la mantis religiosa porque los saltamontes son su principal alimento.


Fuente
por Cecilia Yáñez

Evolución y biodiversidad

“Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio.”
Charles Darwin, en El origen de las especies.

De una forma simple de vida hace 3.500 millones de años, a la gran diversidad de seres vivos hoy en día, la evolución ha tenido, y tiene, un papel importante en la expresión de la variabilidad de vida. Pero, ¿cuáles son los factores evolutivos que han favorecido su generación?
Este artículo recoge el testigo lanzado en ¿Qué es la biodiversidad?, en donde se introduce su concepto y cómo se estudia, y se adentra en la evolución como catalizador de esta.
Evolución y biodiversidad
Todo comenzó hace miles de millones de años con una forma de vida simple, un organismo procariota, unicelular y anuclear, que luchaba por su supervivencia en un mar incubante bajo una atmósfera primigenia reducida y casi carente de oxígeno.
En ese hervor primigenio, que probablemente comenzó en zonas costeras y en fosas abisales con fumarolas gigantescas plagadas de sulfuro de hidrógeno, la vida fue adaptándose a los cambios ambientales de su alrededor con pequeñas variaciones que culminarían decenas de miles de años después en la actual diversidad de seres vivos que conforman nuestro planeta.
Trasladémonos un momento a ese instante en el tiempo en que la chispa de la vida brota para poder tener una visión más global y adentrarnos en los procesos que han permitido, y siguen haciendo, la generación de biodiversidad.


Biodiversidad, microevolución y macroevolución
Como enzimas catalizando reacciones químicas, dos factores evolutivos clave fueron y son los responsables de actuar en la catalización de la biodiversidad: la microevolución y la macroevolución, sin olvidar que tanto el tiempo de evolución como la estabilidad climática son otros dos factores evolutivos influyentes en su generación, ya que inciden sobre los primeros.
Recordemos, por un momento, las diferentes clases de perros que existen: Mastín español, Terrier, Pekinés, San Bernardo, Husky siberiano, Pastor alemán, el Xoloitzcuintle… Ahora pensemos en las diferentes especies de cánidos que habitan y han habitado en el planeta, desde los lobos -y sus variedades el perro y el dingo-, pasando por los coyotes y los chacales, hasta los extintos Canis apolloniensis y Canis dirus. Lo primero se trata de un proceso de microevolución, mientras que lo segundo se trata de un proceso macroevolutivo.
Diferencias entre microevolución y macroevolución en su papel generador de biodiversidad
La microevolución es la que permite y fomenta la variabilidad genética de una especie para que pueda adaptarse mejor a los cambios ambientales y a la colonización de nuevas áreas, como pasa por ejemplo con las cepas de bacterias resistentes a los antibióticos o las diferentes clases de Canis lupus familiaris, pero es la macroevolución la que describe los sucesos de la evolución orgánica a gran escala.
Por tanto, aunque los modelos y procesos macroevolutivos surgen de los correspondientes de la microevolución, poseen cierto grado de autonomía: la aparición de nuevas adaptaciones y especies y las variables tasas de especiación (generación de nuevas especies) y extinción, que se aprecian en el registro fósil, van más allá de la fluctuación de las frecuencias alélicas de las poblaciones, logrando que las estirpes con mayores tasas de especiación y menores de extinción produzcan la mayor diversidad de formas. Los ecólogos utilizan el índice de diversidad gamma para medir los fenómenos que se dan a escalas espaciales muy amplias, que reflejan sobre todo procesos evolutivos.
En conclusión, la riqueza de formas de vida que han conformado y conforman nuestro planeta Tierra, desde las arqueobacterias y los dinosaurios hasta el ser humano, es debida a la microevolución y a la macroevolución, sin olvidarnos que el clima y el tiempo de evolución también juegan un papel importante en la generación y el grado de la diversidad de vida, o biodiversidad.


Fuente
Evolucióny biodiversidad, por Eva Bonastre

Delfín chileno (Cephalorhynchus eutropia) se estaría separando en dos poblaciones distintas

por Cristina Espinoza (La Tercera)
Estudio concluye que existen diferencias genéticas entre poblaciones de la zona central con las de zona sur.
Cephalorhynchus eutropia (Fuente CMS)

El delfín chileno (Cephalorhynchus eutropia), delfín negro o tonina es una especie endémica, poco estudiada y vulnerable. Habita entre Valparaíso y la isla Navarino (Región de Magallanes), y su clasificación de riesgo de extinción se ha hecho separando a los que viven desde la Región de Los Lagos al norte y de ahí al sur. Los primeros están vulnerables y en el sur casi amenazados.
Ahora un estudio logró determinar que esa separación no es aleatoria, sino que tienen diferencias genéticas.
María José Pérez, investigadora postdoctoral de la U. de Chile y del Centro de Investigación Eutropia (dedicada a estudiar los mamíferos marinos nativos), realizó un análisis genético a delfines de ocho localidades de la costa chilena. Su trabajo arrojó que no hay intercambio genético actual entre poblaciones y que se estarían diferenciando.
A la luz de esta información existe una población desde Puerto Montt hacia el norte y otra desde Puerto Montt hacia el sur, lo que es bastante impresionante para un delfín que tiene la capacidad móvil de cruzar el canal de Chacao y, por tanto, el quiebre poblacional no debería ser tan abrupto. Pero los resultados son reveladores, avalan una marcada estructura poblacional, formándose dos poblaciones”, dice Pérez.
Esa diferencia también se da en términos morfológicos, “es decir, podríamos pensar que cada población ya se estuviese adaptando al ambiente donde habita -diferencias en el cráneo por ejemplo-, lo que a largo plazo contribuye a la diferenciación entre ellas”, agrega la bióloga marina. “Se encontraron diferencias en  tamaño de estructuras funcionales de los cráneos entre la zona norte y la zona sur, lo que quiere decir que esto apoyaría que los delfines de cada lado se estarían adaptando a las condiciones del ambiente donde se encuentran”, asegura.
Es el primer estudio que muestra una visión integral del delfín chileno y contribuye con información necesaria para definir estrategias de conservación para la especie.
Se identifican dos unidades poblacionales para el delfín chileno, dos unidades que deben ser tratadas como independientes desde el punto de vista de conservación. Cada una debe responder a planes de manejo diseñados de acuerdo a las exigencias y características de la zona, no como una sola población”, sostiene.

Eso porque dependiendo de su ubicación tienen distintas amenazas y mientras en el norte la pesca incidental es el mayor riesgo, en el sur lo es la maricultura (cultivo de organismos marinos para productos alimenticios).

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